martes, 22 de septiembre de 2009

Proyección de una vida a su lado...

Porque te gusta despeinarme he decidido no peinarme más, pensó él cuando ella toco su cabello por cuarta vez en la tarde al mismo tiempo que le hizo ver que no podía despeinarlo debido al fijador que tenía en el cabello.

Siguieron el resto de la tarde juntos, acompañados por sus amigos, tomando bebidas frías en una cafetería de esas que estaban de moda y que inclusive ya eran franquicia y que aunque pertenecientes a capitales extranjeros, se dicen 100% mexicanas.

La compañía de ella le resultaba impresionantemente satisfactoria e inclusive revitalizadora, ya que podían estar horas juntos, acompañados de sus amigos, o solos como más tarde lo estuvieron y aun así, el tiempo parecía en el momento no correr, nunca le era suficiente, pues cuando se percataba de cuánto había pasado y de que debía irse, así hubieran pasado 3 horas, se percataba, con el último abrazo, de que no había sido suficiente y que al día siguiente, intentaría aprovecharlo más aun, pues sólo quería estar a su lado, viviendo, aprovechando el tiempo, sonriendo juntos y abriéndose brecha por el mundo, juntos, tomados de la mano, siendo no dos personas cada una por su lado, sino siendo un nosotros, un solo ente que comenzaba a volverse invencible.

Llegó la tarde del mismo día, ella había acabado de cocinar y comer en su casa con el otro hombre que estaba inseparablemente incluido en su vida pero a quien él también quería y de quien sabía, nunca podría llegar a sentir celos, sino al contrario, empezaba ya a sentir una simpatía y empatía impresionante, pues le recordaba a él mismo años atrás. Llegó a su casa, la saludó, conoció a sus mascotas recién venidas al mundo y bajó con ella, dispuesto a retirarse pues debía regresar a su clase, sólo había buscado un pretexto para ir a visitarla, pero cuando se percató de la hora, notó que ya no podría llegar a tiempo a su clase y prefirió entonces, quedarse a entretenerse jugando un tipo de trivia en la cual, serie tras serie, perdió indiscutiblemente contra ella, quien puso fin al juego, al apagar el televisor.

Empezó a anochecer, y decidieron fumar un cigarro, sentados a la orilla de una puerta corrediza, tomados de las manos mientras platicaban de sus vidas, anécdotas pasadas, vivencias y acompañaban todo lo anterior con besos, miradas y sonrisas que hacían de aquella escena, un hermoso escenario, mágico y que lo hacían sentir que estaba viviendo un sueño.

De pronto, escuchó una frase que no fue de su agrado, pues acabó con su sueño, "Corazón no es que te corra, pero ya va a llegar mi mamá", a lo que él respondió: "Si hermosa, no te preocupes", se pusieron de pie, acomodaron las sillas alrededor de la mesa del comedor y se dispusieron a salir, no sin antes besarse nuevamente.

Ya en la puerta, ademas de seguir besándose, comenzaron a platicar de su futuro como pareja (ya que aunque no tenían el título, se veían a si mismos como tal), y recordó el antes de irse, la pregunta que le había hecho ella, a lo que sólo podía responder, "No, nosotros no seremos así, a nosotros no nos pasará eso, debemos saber sobrellevarlo y hacer que permanezca nuestro amor"

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